sábado, noviembre 18, 2006

UNIONES ENTRE PERSONAS DEL MISMO SEXO

Los endebles cuestionamientos de sus opositores
Jorge Saveedra


La figura del matrimonio, más allá del símbolo, tiene implicaciones jurídicas: herencia, manutención, seguro social. Y sobre todo impacto social: se trata de la presentación de la pareja ante la sociedad y por ende de su tácita aceptación. Estar “casado” confiere a los miembros de la pareja cierto estatus —real o aparente— de estabilidad o madurez. Por supuesto, esa percepción puede ser atinada en mayor o menor medida. En todo caso, si la pareja no se aviene siempre tiene el recurso, ya también aceptado social y jurídicamente, de divorciarse. A partir de estas consideraciones, vale preguntarse: ¿por qué restringirlo sólo a los heterosexuales?


Existen múltiples y variados argumentos. A algunos de ellos pretendo proponer respuestas, que parten no del derecho o las interpretaciones religiosas, sino de la simple lógica del razonamiento.

“Es la base de la familia”
Depende de la definición que se adopte de familia. Si el matrimonio es la base de la familia, no se le debería llamar así a personas nacidas fuera del matrimonio, tampoco a quienes viven en concubinato con o sin hijos, tampoco a un padre o una madre que es viuda y vive con su hijo.

“Destruiría la institución del matrimonio”
¿Cómo podría un matrimonio destruir a la institución del matrimonio? En todo caso, es el divorcio el que atenta contra el matrimonio, sin embargo, es legal y socialmente aceptable.

“Es contranatura”
El matrimonio no es un producto de la naturaleza. Es una construcción social, al igual que el bautismo o el registro civil de un recién nacido; son productos hechos para otorgar derechos legales o de pertenencia a una comunidad. Un papel o una ceremonia no otorgan a nadie el certificado de “natural”, “antinatural” o “contranatural”, por lo que, en estricto sentido, el matrimonio heterosexual es "antinatural".

"El matrimonio es para procrear”
Siguiendo esa racionalidad, entonces, el matrimonio también se les debería prohibir a las mujeres u hombres con problemas de esterilidad, a las mujeres que ya cursaron la menopausia, y que se anulen aquellos matrimonios que decidan no tener hijos.

“Pondrían en riesgo a los hijos”
Este argumento se basa en la creencia de que la homosexualidad se aprende o se enseña, qué es culpa de la educación que recibieron los hijos. Los ejemplos suelen ser confusos: una madre sobreprotectora, en el caso de varones homosexuales, o demasiada dureza paterna, en el caso de las mujeres lesbianas. Por supuesto, no se ha podido probar nada de esto; por lo contrario, cada vez un mayor número de estudios nos acercan a la conclusión de que la homosexualidad es una cuestión genética.

“No tendría validez en ningún otro lado”
Este es un razonamiento que hubiese sido válido hace 10 años. Actualmente los beneficios a matrimonios o parejas del mismo sexo se dan en Bélgica, Dinamarca, Holanda, Noruega, España, Inglaterra, Francia, Canadá, Massachussets, Hawai, Vermont, Buenos Aires. En todo Estados Unidos lo dan compañías como 3M, American Express, Abbott, Apple, Avon, Boeing, Bristol, Blockbuster, Citigroup, ColgatePalmolive, Costco, Delta, Fedex, Ford, General Motors, Glaxo, Nike, Pepsico, Toyota, las Universidades de Harvard, Johns Hopkins, Berkeley, MIT, Stanford, Chicago, o instituciones como el Banco Mundial, el FMI y el ONUSIDA.

“La sociedad no está preparada para 'eso'”
¿Cómo se prepara una sociedad para “eso”? Tal vez con argumentos como los que aquí se exponen, comunes a todos aquellos que piensan que un prejuicio no puede tener más valor que un ejercicio de racionalidad. En Alabama, Estados Unidos, a mediados del siglo XX, no se logró que los negros asistieran a colegios de blancos porque la sociedad ya estuviera preparada para “eso”; de hecho la mayoría estaba en contra de que se permitiera. Pero la decisión no se sometió a votación, ni a plebiscito ni a consenso, simplemente se aprobó la ley y se hizo cumplir. ¿Estaba la sociedad de Alabama preparada? Evidentemente no. Hubo muchas protestas, pero ahora ya están preparados.

A manera de conclusión

Estoy convencido de que todos aquellos que se oponen al matrimonio de dos personas del mismo sexo lo hacen esgrimiendo alguno de los anteriores argumentos o combinaciones de ellos. Muchos deben estar convencidos de que la homosexualidad es una conducta adquirida o aprendida, aún cuando no pueda ser demostrado. Lo que sí es completamente demostrable es que son los prejuicios los que se aprenden en la familia o en la sociedad.Las leyes para igualar en derechos a hombres y mujeres no tuvieron que esperar a que se eliminara la misoginia de un país, simplemente se aprobaron, y ha sido con la ayuda de estas leyes que rápida o lentamente se ha avanzado para erradicarla.Si el matrimonio es bueno para México y es bueno para el mundo, el matrimonio entre personas del mismo sexo no tiene por qué ser malo. Se trata del derecho a ser iguales ante la ley. Y a quien no le guste que se divorcie o simplemente que no se case. Pero porque no lo desea, no porque se lo tienen prohibido.

Publicación tomada del suplemento "Letra S" Número 124 Jueves 2 de noviembre de 2006 del Periodico "La jornada"
http://www.jornada.unam.mx/2006/11/02/ls-opinion02.html